martes, 23 de agosto de 2011

Contra la corriente.


     Se quitó los zapatos, los dejó sobre la arena. Se acostó sobre el agua para dejarse llevar, el cielo pasó a ser su pared.
Llévame hasta el final. –Le dijo a la corriente.- 

No hay final. –Le respondió la misma.- En el horizonte me devuelvo, todos los ciclos son infinitos.
La corriente lo tomó de la espalda, y procedió a navegar al hombre cual barco de papel mientras lo interrogaba:

-¿Qué pretendes con todo esto, quieres morir? –Le preguntó al hombre.-
-No pretendo nada, solo quería saber que se siente volar. –Respondió el hombre.-
-Pero, esto no es volar. –Dijo la corriente.-
-Si lo ves desde arriba, tengo el cielo reflejado en la espalda y me muevo entre las nubes sin esfuerzo; volar solo es un concepto, todo es posible con el punto de vista correcto.

domingo, 7 de agosto de 2011

El tatuaje.


Llevaba la vida tatuada en la espalda, para no verla pasar. La tinta estaba hecha de recuerdos. Las imágenes se derramaban cada cierto tiempo, para ser reemplazadas por nuevas memorias. Poco a poco el hombre se fue encorvando, hasta que no pudo caminar. El problema es que la vida pesa demasiado cuando se lleva a cuestas y no al frente.