-Intentaba identificar en que parte del día se encontraba. Miró a todos lados, hasta que notó una sombra derramada. ¿Quién dejó esto aquí? –Preguntó-.
-Vine por mi cuenta, -respondió la sombra-. A diferencia de ti, no tengo creador. Para algunos soy la puerta de un pequeño abismo, para otros, la muestra de su propia existencia.
-Conversaron por horas, hasta que el hombre entendió que la sombra era solo el reflejo de sus miedos, un espejo abstracto.
Ya lo sabía. Esa siempre será una buena definición para la sombra.
ResponderEliminarBuen relato.